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MEDIACIÓN FAMILIAR PARA SOLUCIONAR LOS CONFLICTOS QUE PUEDAN SURGIR EN LA CONVIVENCIA DE LAS FAMILIAS
Para empezar, nos centraremos en lo que comprende el término familia. Por familia se entiende como un grupo de personas integrado por personas unidas por relaciones filiales, es decir, padres, hijos y hermanos o por vínculos de pareja.
Al existir estos vínculos entre los que componen la familia, la conducta de cualquiera de los integrantes de esta puede afectar de manera significativa a la dinámica familiar.
En el momento en el que vivimos marcados por la pandemia ocasionada por el COVID estos conflictos se pueden acentuar debido a que la estabilidad emocional es algo más frágil por la crisis sanitaria presente.
Se puede decir que es común que dentro de las dinámicas familiares surjan disputas y conflictos.
Discusiones y disputas en la familia
Los conflictos o disputas son actuaciones que van ligadas al hecho de convivir en familia ya que,dentro de la misma familia conviven diferentes personas con personalidades distintas que se manifiestan con diferentes formas de pensar y con distintos intereses.
Por lo tanto, estamos ante situaciones totalmente normales ya que los integrantes de la unidad familiar se encuentran en periodos evolutivos diferentes, o lo que es igual, distintas edades que hacen ver la vida desde perspectivas distintas y donde las inquietudes y formas de pensar pueden llegar a ser opuestas. Por ello, ante los conflictos que puedan surgir, es importante saber como gestionarlos, evitando que puedan darse episodios violentos por alguna de las partes. Por lo tanto, manejarlos de manera asertiva e inteligente.
Seria un error tratar de evitar todos los conflictos, en primer lugar,porquesería algo casi imposible y también porquepodemos aprender cómo resolverlos y utilizar estos procedimientos antes posibles situaciones futuras.
Tipos de conflictos familiares
Nos centraremos en dos tipos de conflictos familiares en base al tipo de relación que existe entre los implicados en la disputa.
1. Conflictos entre padres e hijos
Tomando como referencia la etapa evolutiva del desarrollo en la que se encuentren cada una de las partes, diferenciaremos dos categorías:
Conflictos en la etapa infantil:este tipo de conflictos suele girar en torno al desarrollo de la autonomía del menor. Se puede dar el caso de que los padres no estén seguros de cómo deben de otorgar esa autonomía o piensen que su hijo no se estáorientado hacia la dirección que ellos piensan que es la correcta.
Conflictos en la adolescencia: esta es la etapa más complicada y en la que más conflictos pueden surgir. Estos suelen aparecer entre los 11 y los 18 años de edad y se producen debido a la inestabilidad emocional que caracteriza esta etapa evolutiva en la vida de un niño.
2. Conflictos entre hermanos
Los conflictos entre hermanos son los más habituales dentro del ámbito familiar, además estos son los más habituales y los que más persisten. Es indiferente la etapa evolutiva en la que se encuentren cada uno de ellos. Ante estos conflictos no siempre es necesario que los padres intervengan ya que la mayoría de estos altercados son de corta duración.
Este tipo de conflictos puede servir de iniciación para el aprendizaje de resolución de conflictos en la vida adulta.
¿Cómo gestionar los problemas que puedan surgir con tu hijo?
Es importante que ambas partes quieran solucionar el problema existente, para ello debemos de escuchar activamente para conocer claramente el motivo del conflicto. Es importante respetar todas las opiniones.
Analizar el comportamiento que estoy manifestando, y cuál es mi actitud hacia el menor (chantajes, reproches, gritos, amenazas) Tras esto hacer balance si esta actitud está beneficiando o al contrario empeorando el problema.
Importante la comunicación asertiva, tratando de ponerme en su lugar y explicando tu punto de vista razonadamente.
Con adolescentes es importante llegar a una negociación. Logrando alcanzar un consenso, de esta forma es menos improbable que surja un conflicto mayor.
Estas técnicas son imprescindibles para potenciar la confianza entre padres e hijos. Lo importante es como abordar el problema.